¿Puede el capitalismo resolver la crisis medioambiental?
En la tercera jornada de la Conferencia Internacional Dilemas de la Humanidad, los participantes debatieron sobre cómo abordar la crisis medioambiental desde una perspectiva socialista y sobre cuestiones de dignidad humana.
Cada año, funcionarios gubernamentales, grupos de reflexión, ONG y representantes del "sector privado" se reúnen en la Conferencia de las Partes (COP) para debatir qué medidas deben tomar los líderes mundiales en relación con la crisis climática. Esta ilustre reunión está patrocinada por las mayores empresas transnacionales del mundo, como Unilever, Danone, Bayer, Nestlé y otras, empresas responsables de gran parte de la devastación medioambiental que ha llevado a nuestro mundo al borde del abismo.
Por ello, los debates que tienen lugar en ese espacio rara vez son capaces de señalar al verdadero culpable y, mucho menos, de exigir los cambios necesarios para salvar la vida en el planeta. Las resoluciones más radicales, por las que luchan con uñas y dientes los países más afectados por la devastación climática, rara vez se respetan.
Espacios como la III Conferencia Internacional Dilemas de la Humanidad cobran mayor importancia en el contexto actual, en el que expertos, miembros de movimientos populares y activistas de todo el Sur Global se han reunido para debatir las cuestiones primordiales a las que se enfrenta la humanidad, como la crisis climática. Como en las demás discusiones, el debate sobre la crisis climática del tercer día de la conferencia se centró menos en los impactos del cambio climático, hoy bien conocidos, y más en las soluciones necesarias para salvar la vida en el planeta. Los oradores también desacreditaron las mismas soluciones que formulan las élites gobernantes y las grandes empresas para supuestamente hacer frente a la crisis climática, subrayando que el capitalismo es incompatible con la vida.
Entre los ponentes del panel sobre la crisis medioambiental se encontraban Theodora Pius, de la Red Nacional de Grupos de Pequeños Agricultores de Tanzania (MVIWATA), Tikender Singh Panwar, investigador y activista político de la India, Houcine Rhili, de la Asociación Nómada de Túnez, y Carlos Barrientos, del Comité de Unidad Campesina de Guatemala.
El líder tanzano habló de la lucha del campesinado en Tanzania y en todo el mundo, que sigue constituyendo una parte importante de los trabajadores. En Kenia, los campesinos son el 70% de los trabajadores y están en primera línea de la lucha contra el cambio climático. "La gente está intentando defender sus derechos de uso y acceso a la tierra. La gente está defendiendo los bosques, sus derechos a utilizar el agua y las semillas. Estamos defendiendo la vida en la tierra, para los seres humanos, los animales y todo lo que existe", afirmó Pius.
Condenó duramente que las soluciones propuestas por los capitalistas y las corporaciones para abordar la crisis medioambiental sean antipopulares y agraven la devastación climática. "Los capitalistas han creado una crisis, y han venido con la solución. Los transgénicos son lo suyo. Están obligando a todo el mundo a creer que los OMG deben utilizarse como estrategia para resolver lo que los africanos afrontan con el cambio climático".
Su grito de guerra es "reclamar los derechos de uso de los bienes comunes".
El académico indio de izquierdas Singh Panwar señaló en su charla que incluso los mejores científicos del mundo son conscientes de que el sistema actual está llevando a la humanidad por el camino de la destrucción. "El informe del IPCC señala que tiene que haber un cambio sistémico". Sin embargo, subrayó, "no son comunistas... no pueden ir más allá de este vocabulario".
Enfatizó: "sabemos lo que significa este cambio sistémico: el fin del capitalismo y el nacimiento del socialismo".
Houcine Rhili, cuyo país, Túnez, ha sufrido en los últimos años frecuentes sequías y olas de calor, afirmó que la batalla del discurso es fundamental para combatir la devastación climática. Por ejemplo, el ejército estadounidense es uno de los mayores contaminadores del planeta, más que 140 países juntos, pero a menudo se señala como responsables a los países pobres del Sur global y a los propios pobres. "Debemos luchar y socavar la narrativa del sistema capitalista y luchar contra esta idea que acusa a los pobres de ser los responsables del calentamiento global".
Rhili también señaló algunas de las falsas soluciones a la crisis propuestas por el capitalismo, como las alternativas de energía verde, que extraen recursos naturales del sur para abastecer de energía al norte. Declaró: "Egipto, Libia y Túnez y todos los países del África subsahariana serán testigos de enormes extracciones de recursos de sus tierras e incluso de la pérdida de las mismas. La extracción de hidrógeno verde requiere enormes cantidades de agua".
Y añadió: "Puedo asegurarles que estas empresas transnacionales utilizarán el agua y los gases de nuestros mares y océanos para abastecerse de energías alternativas claras y nosotros seremos incapaces de proporcionar la menor cantidad de agua para nuestra dignidad. No hay dignidad sin agua, el agua es vida".
Ntima Makhetha, del sindicato UNITE de Lesoto, también señaló las contradicciones que se producen cuando el Sur tiene que producir energía verde para el Norte: "Nuestro país vendía agua... pero en nuestro país el 70% de nuestra gente no tiene acceso al agua, y ahora mismo el país se está embarcando en un acuerdo de hidrógeno para exportar energía a otros países pero ni siquiera puede alimentarse a sí mismo. Se dice que la energía limpia ayudará con el cambio climático, pero ¿qué pasa con nosotros, la gente que vive allí, cómo sobrevivimos?".
El revolucionario indígena y campesino Carlos Barrientos sentenció que la crisis medioambiental no debe verse separada de la supervivencia de la humanidad, sino que la lucha por la supervivencia de los pueblos del mundo y del planeta son una misma cosa. "Tenemos que entender que somos hijos e hijas de la madre tierra y lo que nos corresponde es luchar por la vida y por el socialismo."